Los avances tecnológicos han obligado transformaciones en las dinámicas de producción, de gestión de contenidos y de restructuración de la información.
En décadas recientes los medios de comunicación y la interacción con ellos han sufrido significativas transformaciones, tanto en sus estructuras de producción como en sus gramáticas de lenguaje. Estos cambios están siendo tan vertiginosos que ha sido difícil para los profesionales de la comunicación mantener el ritmo de los avances y de las continuas actualizaciones. En el campo académico ha sido aún más complejo ir a la par de las transformaciones mediáticas. Las escuelas de periodismo actualizan permanentemente los contenidos de las asignaturas y replantean las competencias y habilidades de los perfiles profesionales de sus estudiantes. Sin embargo y pese a ello, los administradores de medios de información reclaman mayores competencias y mejor preparación de los nuevos profesionales del periodismo.
El avance de la tecnología ha obligado transformaciones aceleradas en los medios de información etiquetados como “tradicionales”. La aparición de nuevos canales y elementos en los modelos de comunicación está obligando la convergencia de recursos, lenguajes, técnicas y productos, integrados en un nuevo escenario donde prima lo multimedia.
La posibilidad de utilizar varios lenguajes mediáticos en un mismo producto de comunicación obliga la trasformación de las técnicas de relato y pone en entre dicho la definición clásica de los géneros periodísticos. De todas las trasformaciones que se visualizan en la actualidad, la estructura del relato es la que representa un mayor desafío para los comunicadores. Cómo narrar para una generación que creció con el acompañamiento de internet, el hipertexto, el vídeo, el audio y las redes sociales. He aquí el gran desafío.
La pirámide invertida, la estructura por bloques, la inducción o la deducción, técnicas narrativas que durante décadas dominaron el periodismo escrito y audiovisual hoy son insuficientes para satisfacer las necesidades de un usuario acostumbrado a la interactividad y la hiperactividad de los medios electrónicos. Experiencias interesantes se están planteando alrededor del mundo en el desarrollo de nuevos formatos y nuevas técnicas para contar historias o para abordar temas de conflictos sociales o noticiosos. Es el caso de The Guardian en Inglaterra, de The New York Times en los Estados Unidos, del El País de España, y de números medios independientes que experimentan con técnicas novedosas en las que converge lo audiovisual y la interactividad con el apoyo de textos escritos.
Por ahora estos primeros intentos de producción han estado supeditados a informes especiales, dado los grandes costos y esfuerzos que exige la realización de este tipo de informes. En su elaboración, además del periodista, se requiere de un diseñador gráfico, un programador, un web máster y un editor de medios electrónicos. Esta diversidad de funciones y profesiones ha sido el primer escollo que han tenido los medios periodísticos para enfrentar el desafío en la transformación del relato. Sin embargo con la simplificación del conocimiento informático y la aparición de programas intuitivos especializados en diseño gráfico y programación se espera que hacia el futuro los periodistas tengan una formación integral que les permita asumir todas las funciones que hoy requiere de un equipo de profesionales.
De otro lado la interactividad y la participación de los usuarios ganan presencia en los nuevos medios. El papel formal del comunicador está además en entredicho. El desarrollo de la historia, los conflictos sociales y el acceso a medios y redes sociales han permitido que cada vez se exija mayor cubrimiento a acontecimientos y hechos de importancia para los ciudadanos. Los nuevos usuarios, antes conocidos como lectores, oyentes o televidentes, son ahora participantes activos. La época de la pasividad quedó atrás. Los usuarios, además de consumidores de información son ahora productores y protagonistas. Grandes acontecimientos de la historia contemporánea han sido cubiertos por los propios usuarios. Incluso han dado lugar al nacimiento de medios periodísticos creados básicamente por usuarios. Hecho que genera un rompimiento con los medios clásicos, hoy señalados de oficialistas y alineados con el establecimiento.
Así pues, los avances tecnológicos están obligado transformación en las dinámicas de producción, de gestión de contenidos y de estructuración de la información. Ya no es suficiente dominar la gramática del idioma ni el lenguaje del medio. La estructura del relato informativo pasa por una época de transformaciones interesantes y ricas en elementos comunicativos. La convergencia de lenguajes, medios y recursos apuntan a la creación de atmósferas sensoriales más directas, más cercanas a la piel y a las emociones.
Como lo afirma Orihuela en su planteamiento acerca de los cambios que se presentan en los medios digitales, "el usuario se convierte en el eje de los procesos comunicativos, el contenido es la identidad de los medios, el multimedia es el nuevo lenguaje, el tiempo real es el tiempo dominante, el hipertexto es la gramática y el conocimiento el nuevo nombre de la comunicación".
La irrupción de la tecnología ha cambiado la forma de vivir de la mayoría de personas. En el campo de la información y gestión de contenidos esta irrupción es más evidente, pues está modificando las concepciones y los parámetros que conocíamos hasta hoy. El periodista del presente enfrenta el desafío de la transformación. La comunicación y sus medios están en plena revolución.
Profesor Universidad de Navarra
"El usuario se convierte en el eje de los procesos comunicativos, el contenido es la identidad de los medios, el multimedia es el nuevo lenguaje, el tiempo real es el tiempo dominante, el hipertexto es la gramática y el conocimiento el nuevo nombre de la comunicación".
José Luis Orihuela
Soy un profesional de la comunicación social, me he desempeñado como periodista, realizador y productor. Gran parte de mi trayectoria ha sido en la radiodifusión y en la docencia universitaria. Mi voz se ha utilizado en innumerables producciones audiovisuales.