El 17 de diciembre de 2014 el presidente Barack Obama sorprendió al mundo con la noticia del restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Dos enemigos declarados por más de 54 años. Esta decisión ha creado malestar y enfrentamiento entre la disidencia tradicional cubana y corrientes de renovación que se agitan tanto en la isla como en Miami.
Líderes políticos y voceros oficiales esgrimen sus mejores argumentos para enfrentar los discursos contrarios, por lo general cargados de sentimientos y emociones. De un lado se reclama justicia para las víctimas del régimen cubano, del lado opuesto se recurre a la razón, a la obviedad, al sentido común ante el hecho evidente de un embargo prolongado y sin resultados efectivos. No se trata en este caso de quien tiene la razón, sino más bien cómo se va afrontar la realidad cubana en el nuevo escenario que está en construcción. Escenario que no es improvisado sino que es el resultado de años de observación y análisis, según el contenido de los mensajes confidenciales enviados, por el cuerpo diplomático americano, desde la Habana a Washington.
Qué hay detrás de esta decisión, cuáles son los intereses que se ocultan, qué piensa la gente del común, el cubano de a pie. Los invito a leer.
Por Edgar Manchego
Creo que el gobierno cubano solo está exigiendo que se le otorguen beneficios, pero hasta ahora no ha planteado cómo se va a beneficiar el pueblo.
María Nápoles
"“Yo no opté emigrar a mí me hicieron emigrar, me cerraron los caminos. Llegó, pues, el momento en que tuvimos que irnos. No había otra alternativa".Rosy Álvarez"La salida de Cuba fue terrible y dolorosa. Vivíamos en Camagüey y tuvimos que trasladarnos a La Habana para coger el barco de la Trasatlántica española en viaje hacia Colombia. Recuerdo el malecón con toda la familia que se me iba poniendo más pequeñito en la medida que el barco se retiraba, cada vez más pequeñito. Fue una cosa horrorosa, terrible, que nunca, a pesar de los años he logrado olvidar. Mi marido como consuelo me decía “no llores, en seis meses estaremos de vuelta”. Han pasado cincuenta y tantos años y aún no hemos regresado”.
Entre los recuerdos y las nostalgias, Rosy Álvarez evoca aquella imagen grabada en su memoria como una huella imborrable de la vida y la patria perdida. Ella pertenece a la primera ola de exiliados cubanos radicados en el sur de Florida. Una generación que comparte el dolor, la rabia y la frustración ante los hechos que siguieron al triunfo de la revolución. Estas emociones siguen latentes como si apenas hubiesen pasado un par de días; como si el tiempo se hubiese detenido en la memoria, tal y como se detuvo en la isla.
Hablar de esa Cuba es como soplar sobre brasa que se extingue. Los recuerdos se agitan y los sentimientos se vuelven a encender. La frustración de una vida interrumpida por una revolución abrupta y avasallante se alcanza a ver en sus gestos. Este sentimiento ha sido en buena medida el fermento de una incredulidad endémica y pesimista frente a los cambios en Cuba. Son los cubanos primeros – “los viejos”, como algunos los llaman – aquellos que emigraron al principio de la revolución y que se han opuesto al régimen comunista desde la otra orilla del mar, a pocas millas de lo que fue suyo.
"Dejamos la patria, no para venir a buscar dinero, no para venir a vivir aquí sin hacer nada, sino que vinimos buscando la libertad".
Y es que esta generación de exiliados salió de Cuba con el compromiso de volver para derrocar la revolución. Fue una generación comprometida y resuelta a dar la batalla por la recuperación de la dignidad vapuleada y la patria perdida. Es la historia de muchos líderes, como la de Humberto Álvarez, que de dirigente obrero pasó a convertirse en opositor al régimen. Aún recuerda aquella contradicción, aquella paradoja de su vida, pues de ser señalado como comunista antes de la revolución, terminó siendo señalado y perseguido por anticomunista. Luego de salir de Cuba, Álvarez se radicó en Miami y se unió al propósito común de los exiliados por esos días: “En Miami existe un exilio histórico que somos los que dejamos la patria, no para venir a buscar dinero, no para venir a vivir aquí sin hacer nada, sino que vinimos buscando la libertad y la ayuda de este país para regresar como lo hizo la brigada 2506 en abril del 61, a pelear por la reconquista de la nación”, señala este antiguo líder sindical.
Pese al paso del tiempo, en esta primera generación de exiliados está vivo no sólo el recuerdo, sino el dolor de los fusilamientos, el maltrato sufrido y el señalamiento fulminante de traidores de la revolución. María Nápoles, quien salió de Cuba cuando apenas era una niña, señala el dolor de esta generación como una de las razones para oponerse al restablecimiento de relaciones entre los dos países. “Yo creo que hay muchos a los que le han fusilado familiares. Fidel ha fusilado a muchos presos políticos y están doloridos con la posibilidad que se regularicen las relaciones entre los dos países”.
La primera ola de exiliados y su sueño de reconquista se fue quedando atrás con el paso de las décadas, atrás como el malecón que se alejaba para Rosy Álvarez, desde aquel viejo carguero de la Trasatlántica española el día que salió de Cuba.
“En esos años en Cuba, después que estabas señalado de ser enemigo de la revolución tenías dos caminos: tirarte al mar o irte a las montañas y alzarse. Yo decidí tirarme al mar.
"Lo que realmente busca Castro con la eliminación del bloqueo es tener acceso a los créditos internacionales".
Judith Forte"No había jabón para bañarse,no había papel sanitario, no había nada y los cubanosestaban como locos". Distinto a lo sucedido con la primera generación de exiliados, los cubanos que arribaron con posterioridad a los años ochenta, tenían la experiencia de vivir bajo un régimen comunista y de haber padecido en carne propia las consecuencias de un embargo total a la isla. A diferencia de la anterior generación no aspiraban a reconquistar el país, sino simplemente a escapar del sistema, y a los efectos que el embargo había ocasionado sobre ellos.
Aunque críticos con lo que pasa en Cuba, la mirada de esta generación es menos rígida frente al embargo económico de su país. Su inexperiencia a desenvolverse en un sistema de mercado consume gran parte de sus preocupaciones iniciales, dejando con ello en segundo plano las preocupaciones por el rumbo que pueda tomar la política en su querida isla.
Los relatos en esta generación ya no suenan épicos, sino que están cargados de nostalgias y desencuentros. El objetivo no apunta ya a la reconquista de la patria sino la búsqueda angustiosa de hallarse a sí mismos en un sistema en el que se sienten perdidos.
Los lazos afectivos y familiares con su país de origen se mantienen sólidos y vigentes. La solidaridad con la familia es constante. De allí que la flexibilización de las regulaciones entre los dos países es bien recibida por estos inmigrantes. Los beneficios de aquellos pequeños cambios los pueden medir en la libertad para viajar a Cuba y en el envío de productos y dinero a sus familiares y amigos.
A pesar de las diferencias, hay un aspecto positivo en la relación que se establece entre estas dos generaciones de cubanos y es la inexistencia de extremos. La diferencia de opiniones y de experiencias no ha repercutido en posiciones de odios irreconciliables, como se observa en sociedades en conflicto como Colombia o Venezuela. Los cubanos han sabido llevar sus diferencias y este ha de ser un elemento positivo en la construcción futura de una sociedad democrática y participativa.
Mileydi Piloto
"Hay que cambiar la estrategia para hacerlos pensar. Si por 50 años no ha pasado nada hay que jugarle distinto al sistema".
El mayor temor que expresan quienes se oponen al intercambio comercial y de relaciones entre Estados Unidos y Cuba es que finalmente, y como consecuencia, el régimen cubano se fortalezca y se prolongue en el tiempo. Por ello, se exige por parte de este grupo que el intercambio esté supeditado a cambios visibles tanto en la estructura de poder como en el respeto y la implementación de los derechos individuales de los ciudadanos. De otro lado, quienes auguran por un cambio de estrategia afirman que una apertura de relaciones tendrá consecuencias positivas en las comunicaciones y el acceso de los cubanos a la globalización. Sus esperanzas reposan en que una vez se salga del aislamiento y los cubanos puedan comparar su realidad con la de otros contextos reclamarán con mayor fuerza la necesidad de cambios urgentes en su sistema económico y social. El tiempo, y las decisiones que se tomen, darán la razón a una de estas dos posturas.
"Ahora mismo pienso que es una locura lo que está haciendo nuestro presidente Obama".
Pese a la diferencia de posturas y a los cambios generacionales, los cubanos están unidos en sus emociones. De un lado se percibe incredulidad y pesimismo ante los cambios del régimen cubano, y de otro, la nostalgia por su patria y su cultura.
“Es difícil perder familiares y no poder volver a verlos. Yo perdí muchos familiares, y estaba allí porque mandaba el dinero o llamaba todos los días, pero en realidad no estaba allí”.El pesimismo es común a la mayoría de opiniones. En palabras de Rosy Álvarez: “Si no tuviésemos esa gente ahí, esos gobernantes, el restablecimiento de relaciones no sería una mala idea, pero con un gobierno como el que tienen, difícilmente”. La misma incredulidad se percibe en generaciones recientes de exiliados: “Ojalá se logre, pero me parece que por parte del gobierno cubano el embargo siempre ha sido la pantalla para escudarse de la situación del país”, afirma Judith Forte. En este mismo sentido gira la opinión de Mileydi Piloto: “no creo en un cambio inmediato. No creo que los Castro lo vayan a permitir así tan fácil”. Pesimismo generalizado es lo une las diferencias de los cubanos.
Sin embargo, y a pesar del pesimismo, aflora en la mayoría de cubanos un profundo amor por la patria y una necesidad grande de aferrarse a la identidad y sus valores. Ese sentimiento se percibe en la voz emocionada de Antonio Robau cuando habla de la isla: “La patria es mi tierra, es el lugar donde Dios me hizo. Es ahí donde yo pertenezco, esa es mi tierra a la que yo adoro. Además, si yo no adorara a Cuba, cómo podría tener respeto o amor por los Estados Unidos o por cualquier otro país”.
Las nostalgias también son comunes. El simple acto de recordar el café compartido con el vecino o el amigo desata una cadena de emociones que se delata en las lágrimas que no se pueden reprimir.
"Somos una generación flotante que no somos cubanos ni somos americanos. Cuando regresé a Cuba en el 2003, sentí que ya no era de allí, pero tampoco me siento de aquí. Por eso creo que mi generación ha sido una generación flotante".
Como en cualquier otro conflicto social, el embargo o bloqueo económico a Cuba, tiene varias miradas. Éstas, por lo general, están determinadas por las concepciones, los valores, los intereses y las experiencias de quienes observan y analizan la situación. El caso del embargo no es la excepción y las posturas sobre su continuidad o eliminación se concentran básicamente en dos tendencias: quienes reclaman justicia para las víctimas del régimen y quienes bogan por probar una estrategia diferente.
En palabras de Humberto Alejandro Álvarez, el desbloqueo se asume como una traición a su generación: “Ese exilio histórico merece el respeto que el presidente Obama no nos ha dado. Hay muchos muertos, hay miles de fusilados, mucho de ellos por no estar de acuerdo con el gobierno en Cuba. Hay miles, no se sabe cuántos, no hay estadísticas, de muertos en el tramo de mar que separa a la isla de este país”.
De otro lado, existe una postura de evaluación que se fundamenta en una reflexión obvia: pese al embargo tan prolongado, el gobierno cubano permanece allí inmutable. Román Antonio Robau Wilson recurre a una figura gráfica para recrear la situación del embargo: “Le pongo un ejemplo: ¿qué opinión puedo tener yo de una persona que estudia 20 años en el mismo grado sin poder avanzar? A quién le echamos la culpa, ¿a la escuela, a la tiza, al maestro, al alumno, al director…? ¿A quién? Alguien debe tener la culpa o es el sistema el que no funciona. Si el embargo ha estado allí durante 54 años y no ha logrado sustituir al gobierno de Cuba, es evidente que eso no funciona y que hay que probar otra alternativa”.
Relaciones absurdas
Sí, pero no
"Si el problema es el comunismo entonces no entiendo por qué Estados Unidos tiene relaciones con China y otros países comunistas".
"Fue un fracaso cuando triunfó y ha sido un fracaso durante todos estos años".
De las emociones que irremediablemente conducen a las pasiones pasamos a algo más trivial como la política y la economía. Si bien en el análisis político y económico de una situación se tiene en cuenta la opinión pública, no necesariamente ésta se refleja en las acciones finales. La verdad sea dicha, las decisiones gubernamentales están marcadas por aspectos de interés estatal o nacional y relacionadas con intereses puntuales. Aspecto que se aborda con ligereza en la información oficial y algunas veces en el tratamiento periodístico que se da a la noticia. Para comprender las medidas que se toman es necesario contextualizar el escenario donde se desarrollan los hechos. Este ejercicio metódico arroja indicios del fundamento de las decisiones y las proyecciones que pueden tener a futuro.
En el caso del embargo económico, la decisión de restablecer relaciones entre los dos países está provista de matices, más estratégicos que emocionales. En los últimos 30 años la política y la economía del mundo han sufrido cambios fundamentales que han repercutido en la relación entre países, en la concentración del poder y el liderazgo mundial. Los cambios geopolíticos, por ejemplo, han sido determinantes en el rumbo de la humanidad. La desintegración de la Unión Soviética, principal rival de los Estados Unidos, la integración de los países europeos, la consolidación económica del bloque asiático, el arribo al poder de la izquierda en Suramérica, entre otros aspectos han dado un giro notable al desarrollo global. Sumado a estos cambios el surgimiento de un nuevo concepto de imperio, representado en la concentración del poder económico de las multinacionales y la banca mundial ha replanteado las relaciones entre los países y entre éstos y ese nuevo poder.
Hoy la política del mundo es la que trazan las multinacionales y ésta se relaciona directamente con el mercado, el consumo y la supresión de las regulaciones estatales de la economía. En este marco se toman decisiones importantes, y entre ellas está la ampliación de mercados y con ello el desmonte de todo tipo de regulaciones estatales.
A principios del presente siglo, durante la administración del presidente Bill Clinton, se permitió la venta de medicamentos y productos agrícolas al gobierno de Cuba, bajo la condición de que este último cumpliera una serie de requisitos, como pagar anticipadamente por los productos y comprar a través de un tercero, entre otras exigencias. Este mercado creció rápidamente y tuvo su pico máximo en 2008 cuando Estados Unidos vendió productos por un costo de 695 millones de dólares, convirtiéndose en el principal abastecedor de la isla. Sin embargo esto tuvo un viraje inesperado, producto en parte a la crisis mundial y al ascenso al poder de la izquierda en América Latina. La traba que generaba la exigencia de pago en efectivo y todo el proceso engorroso que implicaba cancelar las facturas, obligó al gobierno cubano la búsqueda de proveedores distintos. La crisis mundial obligó a los países asiáticos y europeos a implementar planes flexibles y atractivos con incentivos al consumo. Entre las facilidades planteadas estaba la aprobación de créditos pagaderos a varios años. Cuba aprovechó esta circunstancia y estableció relaciones comerciales en circunstancias mucho más favorables que las que tenía con Estados Unidos. China, Vietnam, Brasil y Venezuela pasaron a ser los principales proveedores de la isla caribeña. Con esta nueva realidad la disminución de compras a Estados Unidos disminuyó dramáticamente hasta caer en un 65 % de las ventas globales. El caso de suministro de arroz, por ejemplo, cayó a 0 % en 2011.
De otro lado, en años recientes el gobierno cubano ha hecho cambios importantes en el manejo de su economía y ha iniciado un proceso de incentivar la empresa privada y la atracción de capital extranjero al país. Como consecuencia de ello varias multinacionales han empezado a hacer inversiones en la isla, específicamente en la explotación de recursos naturales y en el sector turístico.
Ante esta situación empresarios norteamericanos preocupados ante la pérdida de oportunidades de negocios que se abren en Cuba han estado presionando al gobierno estadounidense en la procura de reducir las restricciones del embargo. La isla se presenta para los inversionistas como un mercado virgen de gran atractivo y potencialidad.
EL LADO OCULTO DE LA POLÍTICA
A finales de 2010 se dieron a conocer públicamente más de 250 mil documentos clasificados del Departamento de Estado de los Estados Unidos a través del portal de WikiLeaks. Estos documentos contienen comentarios y apreciaciones que los funcionarios del cuerpo diplomático hacían llegar a Washington desde distintas embajadas alrededor del mundo. En el caso de Cuba los comunicados se realizaban a través de la Sección de Intereses de Estados Unidos con presencia en la Habana.
En estos comunicados básicamente se observan dos aspectos que inquietan al cuerpo diplomático norteamericano asentado en la isla. Uno de ellos es una mirada crítica sobre el papel que desempeñan los disidentes oficiales y su impacto en la comunidad cubana. El otro aspecto y quizás el más interesante de analizar es el reconocimiento de una nueva generación de disidentes que parece influir con fuerza en la gente joven y que marca una tendencia de insatisfacción popular. Si bien no se puede afirmar que estos comentarios que se hacen desde La Habana marcan el derrotero político de las acciones del gobierno norteamericano, sí representan inquietudes sobre los movimientos sociales en la isla y las preocupaciones diarias del cubano común y corriente. No se puede afirmar, repito, que estas opiniones tengan que ver con la posición política sobre Cuba, pero tampoco se puede negar que influyen en la toma de decisiones.
Los documentos clasificados contienen comentarios y apreciaciones que los funcionarios del cuerpo diplomático hacían llegar a Washington desde distintas embajadas alrededor del mundo.
10. (C).COMMENT: A consistent problem, and one that is becoming more acute as the eventual end of the Castro brothers' regime comes into sight, is the relationship between the on-island opposition and the exile community. Even though much of their resources continue to come from exile groups, opposition members of all stripes complain that the intention of the exiles is to undercut local opposition groups so that they can move into power when the Castros leave. The islanders accuse Miami and Madrid-based exiles of trying to orchestrate their activities from afar, and of misrepresenting their views to policy makers in Washington. Ironically, the "exile community" in many cases includes former dissidents who only just recently were able to get off the island. Their closeness to the remaining dissidents on the island does not appear to keep them in the latter's good graces. Instead, they are almost immediately lumped into the "them" that defines the exile community for the on-island opposition.
Julian Assange
Fundador del portal WikiLeaks. Responsable de la difusión de los documentos confidenciales del cuerpo diplomático norteamericano. Aquí uno de los mensajes enviados a Washington desde la Habana.
EL DISCURSO DE LA DISIDENCIA
De acuerdo con los comunicados de La Habana, se hace allí una reflexión sobre el discurso que comúnmente han manejado los líderes oficiales de la oposición dentro de la isla y fuera de ella. La arenga fundamentada en los presos políticos y la defensa de los derechos humanos parece no calar mucho en la preocupación diaria de los cubanos, interesados más en la posibilidad de viajar sin ningún tipo de restricción y en mejorar sus condiciones de vida. Una de las razones que se esbozan en las notificaciones es que la disidencia se ha envejecido y su discurso no ha evolucionado. Se plantea allí que la mayoría de los líderes de la oposición están por encima de 60 años y los más jóvenes por encima de 50. Esto plantea un distanciamiento generacional y un desinterés por parte de los jóvenes hacia los mensajes tradicionales que maneja la disidencia.
En uno de las misivas enviadas a Washington, por ejemplo, se hace referencia al impacto que han tenido artículos de opinión que se escriben desde Miami y Madrid en el que se hace una crítica al papel del movimiento disidente en la isla y como éste es tan añejo y fuera de lugar como el propio régimen. Más adelante, en el mismo mensaje, se pone en duda su participación en el futuro político dentro de la isla en un gobierno posterior a Castro. Estos artículos al parecer crearon malestar y distanciamiento entre los grupos opositores de la isla y la comunidad del exilio de Miami.
Una de las preocupaciones mayores que se plantea es la división interna que existe entre la disidencia y el resto de habitantes de la isla. “A pesar de que dicen representar a miles de cubanos no hay muchas evidencias que así lo soporte ni presentan programas en el que sustenten sus ideas”, es el análisis de los observadores norteamericanos. Más adelante se recalca que al parecer la mayor preocupación de la disidencia dentro de la isla apunta a buscar recursos para su sostenimiento y en eso malgastan sus esfuerzos. Textualmente se afirma “con la búsqueda de recursos como principal preocupación, el siguiente objetivo más importante parece ser limitar o marginar las actividades de sus antiguos aliados, así como preservar el poder y el acceso a los recursos escasos”. Esto último ha dado pie al surgimiento de líderes celosos, donde predominan los egos fuertes y la importancia personal. Característica que ha deteriorado el trabajo en equipo siendo con ello “blanco fácil de la manipulación por parte de los servicios de seguridad cubanos”, finaliza uno de los comunicados.
En este mismo sentido apunta la preocupación que existe por las relaciones que se plantean entre grupos de opositores locales y la comunidad en el exilio. Textualmente uno de los comunicados afirma que “a pesar de que gran parte de sus recursos provienen de grupos de exiliados, miembros de la oposición de todas las tendencias se quejan de que la intención de los exiliados es socavar los grupos de oposición locales para que pueden moverse en el poder cuando los Castro se vayan. Los isleños acusan a los exiliados de Miami y de Madrid de tratar de orquestar sus actividades de lejos, y de tergiversar sus opiniones a los responsables políticos en Washington”.
Finalmente, en una de las misivas enviadas al alto gobierno, se alcanza a dilucidar el cambio de posición en cuanto al papel de la disidencia tradicional en los cambios políticos a futuro. “Los disidentes tienen, y continuarán cumpliendo un papel clave en la actuación como la conciencia de Cuba y merecen nuestro apoyo en ese sentido. Pero tendremos que buscar en otra parte, incluso en el propio gobierno, para detectar los más probables sucesores del Régimen de Castro”.
Mileydi Piloto
"La habana siempre estuvo así sólo que yo no la podía comparar y cada año que va pasando es peor".
Aún a pesar del reconocimiento del papel que ha jugado la disidencia tradicional en Cuba y de continuar con su apoyo, los comunicados de la Habana plantean un viraje hacia y en una apuesta por las nuevas corrientes de pensamiento que se está gestando en la isla. El papel de la cultura adquiere preponderancia para los observadores norteamericanos, y ven en ella la posibilidad de lograr cambios reales en la política y la sociedad cubana. El surgimiento de un movimiento artístico que se manifiesta a través de la música, la literatura, el cine, la pintura, la fotografía, la poesía entre otras corrientes está creando consenso de opinión hacia la necesidad de cambios fundamentales en el modelo económico y político del estado. De acuerdo con los comunicados este tipo de liderazgo está causando un mayor impacto dado que no se presentan como disidentes oficiales sino como jóvenes rebeldes. “No pertenecen a organizaciones identificables, y esto les da mayor atractivo popular”.
Es uno de los músicos más talentosos en la Cuba contemporanea. Su trabajo invita a la reflexión sobre la realidad cubana.X AlfonsoDada la actividad del movimiento y la corriente de seguidores que está creando, plantea en los analistas la necesidad de realizar acercamientos con los jóvenes y esta rebeldía que se está incubando dado que consideran que estos artistas representan la inconformidad de las nuevas generaciones y prevén que su mensaje tendrán mayor impacto en una cuba sin los Castro en el poder. En uno de los comunicados se lee “creemos que debemos tratar de ampliar contactos dentro de las iniciativas de la sociedad cubana en el liderazgo y la democracia de la manera más amplia posible. También debemos continuar abriendo Cuba a la era de la información a través de medidas tales como los anunciados del 13 de abril, para facilitar y fomentar en las generaciones más jóvenes de cubanos que buscan una mayor libertad y oportunidad”.
Esta lectura que se fundamenta en los comunicados de La Habana deja entrever el reconocimiento, por parte del cuerpo diplomático estadounidense, de una disidencia alejada de su contexto y con un discurso que se quedó sin escenario en una cuba en la que prevalecen los nietos de la revolución. Una generación que no reconoce a la disidencia oficial como los representantes de sus aspiraciones y sueños. Y es justamente en esta generación que se fundamentan las apuestas por un cambio en el modelo económico y político del estado.
El viraje que están tomando las relaciones entre los dos países parece tener origen en los análisis que se hacían desde la Habana, pues son coincidente las posturas de los comentaristas con el giro sorprendente e inesperado de los últimos meses. La nueva política hacia Cuba estaría sustentada en dos ideas opuesta a lo que fue el embargo, es decir, en vez de una nación aislada se buscaría un país comunicado con el mundo entero a través de la internet, la telefonía celular, la radio y la televisión. La otra gran apuesta de la estrategia estaría en el abastecimiento del pueblo cubano a través del intercambio comercial. Un giro de 180 grados que implica incertidumbre de parte y parte.
Sólo el tiempo dará cuenta de la efectividad o fracaso de este viraje. Por lo pronto se puede afirmar que ese mismo tiempo se ha encargado de demostrar que el embargo económico no cumplió con los resultados que se esperaban y no causó ninguna mella en el régimen, pues después de 54 años siguen allí, envejecidos, pero en el poder.
X Alfonso es uno de los músicos más talentosos en la Cuba contemporanea. Su trabajo invita a la reflexión sobre la realidad cubana. El tema "De corazón", de su disco titulado "Reverse" refleja el pensamiento y sentimiento de una generación atrapada en otro tiempo.
X Alfonso, "De corazón", refleja el pensamiento y sentimiento de una generación atrapada en otro tiempo.
"Cuántos golpes tengo que aguantar tratando de entender el desgaste de una realidad, un pasado impuesto a una generación sin nombre"
LOS CAMBIOS EN LA ISLA
Desde 2010, el gobierno cubano, ha empezado una era de cambios económicos y de relación con sus ciudadanos, que van desde la posibilidad de salir de la isla hasta la adquisición de propiedad privada e independencia económica. Se ha introducido el concepto de cuentapropistas para definir aquellos trabajadores por cuenta propia que emprenden negocios destinados a generar utilidades y capital. En cinco años que lleva la iniciativa han surgido más de 13,000 negocios privados en la isla, de acuerdo a datos gubernamentales, de los cuales se están generando cerca de medio millón de empleos directos. La aparición de una clase consumidora es cada vez más visible, el número de celulares activados en la isla, por ejemplo, supera el millón de unidades.
De acuerdo con apreciaciones de voceros del gobierno cubano, el objetivo de los cambios que se están adelantando apunta a transformar la fuente del ingreso de sus ciudadanos. Se pretende que en las próximas décadas el ingreso principal de los isleños se logre por la vía del trabajo y el salario, dentro de un sistema de producción tipo capitalista, regulado en un Estado socialista.
Sin lugar a duda, estos cambios que se están dando en el sistema económico cubano sumados a los intereses de expansión comercial de multinacionales norteamericanas y a la percepción de inconformidad en la gente joven, ha obligado un giro en la estrategia política hacia la isla, no solamente por parte de Estados Unidos sino también por el propio régimen. El 19 diciembre 2014 el discurso del presidente Obama tomó por sorpresa a propios y extraños cuando anunció que “Esta política rígida no sirve bien ni al pueblo estadounidense ni al pueblo cubano y se origina en eventos que ocurrieron antes de que muchos de nosotros naciéramos”.
La reflexión que se plantea desde la Casa Blanca ha calado en un amplio sector del exilio cubano de Miami. Las palabras del Presidente cuando invita a que “piensen que por más de 35 años hemos tenido relaciones con China, un país mucho más grande también gobernado por el partido comunista. Hace casi dos décadas, restablecimos relaciones con Vietnam, donde luchamos una guerra en la que perecieron más estadounidenses que en ninguna confrontación de la Guerra Fría”, animan a pensar en una caída del bloqueo.
Con este anuncio del presidente Obama se inicia una nueva era en las relaciones cubano americanas. Las decisiones que se tomen ahora y la manera como se actúe ante la realidad de la isla serán determinantes para el futuro del país y de su pueblo. La suerte de la nación está en manos de los propios cubanos, de la gente joven, de los líderes culturales, de los movimientos de renovación, de los que se quedaron allí, sin sucumbir al exilio.
Barack Obama
Presidente de Estados Unidos
Discurso pronunciado
el 17 de diciembre de 2014
"Hoy, Estados Unidos de América empieza a cambiar su relación con el pueblo de Cuba. En el cambio más significativo de nuestra política en más de cincuenta años, terminaremos con un enfoque obsoleto que por décadas fracasó en promover nuestros intereses y en cambio, comenzaremos a normalizar la relación entre los dos países. A través de estos cambios, es nuestra intención crear más oportunidades para el pueblo estadounidense y para el pueblo cubano y comenzar un nuevo capítulo entre las naciones del continente americano".
Soy un profesional de la comunicación social, me he desempeñado como periodista, realizador y productor. Gran parte de mi trayectoria ha sido en la radiodifusión y en la docencia universitaria. Mi voz se ha utilizado en innumerables producciones audiovisuales.