Los muiscas que habitaban el centro de lo que hoy es Colombia, creían en Bochica, también conocido con el nombre de Chimizapagua, un hombre sabio que les enseñó el arte de tejer y cultivar la tierra. Bochica fue elevado a la categoría de Dios por el pueblo muisca y de él se cuentan muchas historias.
Bochica es uno de los dioses más representativos de la nación muisca. De él oyeron hablar los españoles desde tiempos de la conquista. Los muiscas lo adoraban porque, según ellos, les había traído la civilización y con ella el progreso.
Bochica, les enseño a cultivar la semilla, les enseño a tejer y a construir recipientes para cocinar. Le describían como un hombre blanco, de ojos azules y una larga barba blanca. Lucas Fernández Piedrahita, quien se encargó de recoger los relatos de los indígenas en los primeros años de conquista, le describe en su libro ‘Historia general de las Conquistas del Nuevo Reino de Granada”, de la siguiente manera: “… dicen que tenía la barba muy crecida hasta la cintura, los cabellos recogidos con una cinta como trenza puesta a la manera que los antiguos fariseos usaban los pilacterios o coronas con que se rodeaban las cabezas, trayendo colocados en mitad de la frente los preceptos del Decálogo. Pues a ese modo, refieren, le usaba, y esa forma en los rodetes que se ponen los indios en las cabezas, colocan una rosa de plumas, que les cae sobre las cejas. Andaba este hombre con las plantas desnudas, y traía una almalafa puesta, cuyas puntas juntaba con un nudo sobre el hombro; de donde añaden haber tomado el traje, el uso del cabello, y de andar descalzos."
La leyenda de Bochica en la nación muisca le da todo tipo de poderes, desde abrir el Salto del Tequendama hasta enfrentarse a los espíritus del mal que habitan el centro de la tierra.
Esta producción sonora hace parte de una serie de cuentos recopilados por Clara Victoria Meza Maya y Edgar Manchego durante los años noventa y publicados por el Ministerio de Cultura de Colombia.
Algunos grupos sociales fundamentan sus creencias en los temores humanos. El miedo a la muerte y a un final trágico es su promesa de futuro. La historia de la humanidad nos muestra que hemos avanzado en el respeto de los derechos de las personas y en el valor de la vida. Aún falta mucho por hacer, pero hemos avanzado.
Soy un profesional de la comunicación social, me he desempeñado como periodista, realizador y productor. Gran parte de mi trayectoria ha sido en la radiodifusión y en la docencia universitaria. Mi voz se ha utilizado en innumerables producciones audiovisuales.